Apartes de un artículo publicado en ” La Vanguardia”
El testimonio de María, refleja la tensa y a la larga insostenible relación con una pareja controladora.
Según algunos expertos, el intento de control abusivo de otra persona es un comportamiento enfermizo, hijo de los celos enfermizos y la inseguridad, que a menudo comienza por el intento de controlar la forma de vestir del otro y termina con el intento de dirigir todo.
Las jóvenes cuyas parejas intentan controlarlas corren un mayor riesgo de padecer abusos como la violencia doméstica física y sexual, de acuerdo a un estudio de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.
El 68 por ciento de las más de 600 mujeres de 15 a 24 años que participaron en la investigación, manifestaron que sus respectivas parejas habían evidenciado una conducta controladora. A su vez el 11 por ciento señaló que había sufrido una conducta controladora más de abuso físico, el 10 por ciento sufrió conducta controladora y violencia sexual, y casi el 9 por ciento había padecido todas las formas de violencia de pareja.
Entre los comportamientos controladores figuran que su pareja esperara que le pidieran permiso antes de buscar atención de salud, le exigiera que el contacto con su familia fuera restringido, la ignorara o tratara de forma indiferente.
Según algunos expertos, el intento de control abusivo de otra persona es un comportamiento enfermizo, hijo de los celos enfermizos y la inseguridad, que a menudo comienza por el intento de controlar la forma de vestir del otro y termina con el intento de dirigir todo.
Las jóvenes cuyas parejas intentan controlarlas corren un mayor riesgo de padecer abusos como la violencia doméstica física y sexual, de acuerdo a un estudio de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.
El 68 por ciento de las más de 600 mujeres de 15 a 24 años que participaron en la investigación, manifestaron que sus respectivas parejas habían evidenciado una conducta controladora. A su vez el 11 por ciento señaló que había sufrido una conducta controladora más de abuso físico, el 10 por ciento sufrió conducta controladora y violencia sexual, y casi el 9 por ciento había padecido todas las formas de violencia de pareja.
Entre los comportamientos controladores figuran que su pareja esperara que le pidieran permiso antes de buscar atención de salud, le exigiera que el contacto con su familia fuera restringido, la ignorara o tratara de forma indiferente
Detrás del control: la inseguridad
Según la Universidad de Columbia, las mujeres más propensas a ser víctimas de conductas controladoras tenían de 15 a 18 años, eran hispanas, habían estado expuestas a la violencia doméstica en la infancia, habían estado embarazadas al menos una vez, habían sufrido recientemente violencia física o sexual. De acuerdo a otro estudio de la Universidad del País Vasco (UPV), las personas inseguras, con tendencia a la ansiedad o a evitar ciertas personas o situaciones (‘evitativas’) y al cuidado compulsivo o controlador, viven el deseo sexual de manera más conflictiva.
“Comprobamos que las personas inseguras, tienden a cuidar compulsivamente a sus parejas, mientras que las personas ‘evitativas’ tienden a cuidar controladoramente y a mostrar mayor conflicto con el deseo”, ha explicado Javier Gómez Zapiain, profesor de psicología de la sexualidad en la UPV.
El equipo de Gómez Zapiain analizó el nivel de conflicto con el deseo erótico, el grado de satisfacción con la vida sexual y otras variables relacionadas, en 116 mujeres y 95 varones, en entre los 20 y los 65 años de edad y con parejas estables.
En base a las repuestas, descubrieron que las personas ansiosas reaccionan aferrándose al otro y cuidando compulsivamente, y las ‘evitativas’ reaccionan evitando el vínculo.
(Walter Riso)