Lo primero es aceptar que estamos inmersos en una sociedad machista, diariamente recibimos mensajes que buscan enseñarnos como ser hombre o mujer. Estos mensajes provienen de los medios de comunicación, nuestra familia, amistades, colegas del trabajo….Es casi imposible escapar de ellos y no reproducirlos.
Así que considérelo otra vez. ¿Es usted machista? Tenga muy presente que el machismo no es solo la agresión física hacia una mujer.
Y si usted es mujer y nunca se consideró machista por el hecho de serlo le tengo una noticia: puede ser machista. Por ejemplo, ¿ha escuchado a alguna amiga decir o usted misma se jacta de su suerte por estar con un hombre que la "ayuda" en las tareas domésticas?
A pesar de los avances que muchos celebran, vivimos en una sociedad machista que nos dice que es lo correcto e incorrecto de acuerdo al órgano sexual que tenemos. Por lo que reconsidere si usted tiene actitudes machistas.
Una vez que acepte que vivimos en una sociedad machista es hora de identificar esas actitudes que consideramos normales pero que encierran un claro o quizás un sutil machismo. Estos en realidad son una serie de micro machismos, los cuales son formas no evidentes de reproducir los mandatos de cómo debe ser, pensar, actuar… un hombre o una mujer
Piense en momentos de su vida diaria o situaciones de la sociedad en donde se demarcan los roles que hombres y mujeres deben de tener.
Le ayudamos con unos ejemplos:
- Es razón de sorpresa que una mujer tenga un salario más alto que su esposo.
- Es mal visto que un hombre llore cuando una película le conmueve.
- Las mujeres siempre conducen peor que los hombres.
- Cuando un hombre y una mujer tienen una cita romántica, él es el que debe pagar.
- Las niñas deben jugar únicamente con muñecas y los hombres únicamente con carros.
- Si una mujer juega fútbol es marimacha.
¿Se sintió identificado o identificada con alguna o varias de las anteriores afirmaciones? Es hora de revisar el resultado de su * auto evaluación. *
Pues sí. Reconocer actitudes machistas no es para llenarse de orgullo, tampoco lo es aceptar que se vive en una sociedad que perpetua la desigualdad y diferencia entre hombres y mujeres.
No tiene que quedarse de brazos cruzados. Hay que hacer algo y hay que empezar por uno mismo y quienes están cerca. Es así que algún día podremos erradicar ese triste y doloroso flagelo que se llama ** Violencia Doméstica...**.