Nunca imagié que después de haber pasado un huracán de emociones devastadoras, que en su momento me hicieron sentir que me hundía como si estuviera de pie sobre arena movediza intentando salir viva, ¿Que tanto dolió un adiós? Hoy lo recuerdo y diré que no existe mejor adiós que aquel que después de una tormenta oscura, aparece el mejor de los arco iris. Un arco iris único si es ese que idealicé muchas veces, lo soñé, lo ame , y un día creí encontrar hasta que falle pero fue ese un no rotundo lo que me dio fuerzas , y sin buscar mi arco iris; llegó para quedarse y se albergó en mis dolores e hizo que amara la vida. Me enseñó a enamorarme de ella, de las cosas sencillas, a buscar las rebajas en floreros pues en casa ya no alcanzaba el colorido de las flores, vi en sus ojos un espejo de mí, y me espanté pues era como un milagro de vida, me hizo recordar lo que había olvidado ser, lo que un día deje ir y fueron sus palabras las que me hicieron darme cuenta que nuestros caminos se trataban de conexiones más profundas para las cuales hasta la fecha no tengo respuesta.
Cada mañana al despertar cuando sus ojos me miran fijamente, puedo decir que a mi alma la puedo ver, es una verdadera prueba que aquella ilusión de niña existe, sí existe! y ya no es más un pensamiento, ahora es parte de mi vida, una vida que espero navegar con el hermoso niño de ojos color café claro que un día en medio de la nada y en el momento preciso, perfecto e indicado nuestras almas se cruzaron.