La mayor parte de los seres humanos vemos el hogar como un lugar de amor, paz y
compañerismo. Al final de un largo día de trabajo, regresamos a nuestros hogares
para compartir el resto de la tarde con nuestros seres queridos. Allí comemos,
hablamos, jugamos, descansamos, y dormimos. En el mejor de los casos, el hogar
es un lugar de refugio donde estamos a salvo de los males que azotan la
sociedad. Sin embargo, muchos hogares, lejos de refugios, son campos de batalla.
Cada día el periódico, la radio, y la televisión narran más crímenes pasionales,
más asesinatos, y más delitos contra las personas. Las estadísticas policíales nos
informan que la mayor parte de los actos de violencia contra la mujer ocurren en
el hogar, dado que son causados por sus esposos, amantes, o ex-compañeros
sentimentales.
Las mujeres víctimas de esta situación pueden experimentar violencia física
como: empujones, patadas, cachetadas, golpes; ser amenazadas, atacadas con
cualquier tipo de arma. También pueden ser víctimas de abuso sexual. No hay que
olvidar el abuso psicológico o emocional, que se da cuando se humilla a la
persona diciéndole nombres o frases hirientes o cuando se le amenaza con hacerle
daño; también cuando se le prohíbe por la fuerza ver a familiares, amigos e ir
al trabajo; cuando se le priva de comida, dinero, transporte, medicamentos y
acceso a servicios de salud.
Si alguna persona que vive con usted está cometiendo este tipo de abuso contra
usted o alguna otra persona que vive en su casa, usted no tiene por qué
aceptarlo, aunque el abusador sea su esposo. La policía y las cortes pueden
ayudarle a detener este abuso., Está en peligro su vida y la de su familia... NO TE CALLES... DENUNCIALE !!
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