Dios le ha dado a la mujer un papel por demás importante en ésta sociedad, contrario a lo que muchas creen, el ser la ayuda idónea o someterse al esposo es un gran papel que conlleva mucha responsabilidad y mucho honor también.
El someterse y dejar que el hombre sea la cabeza nos hace aceptar la decisión que finalmente ellos tomen y quizás no desarrollar del todo nuestras ideas (aunque éstas deben de ser expuestas con claridad y un marido sabio debería de tomarlas en cuenta) pero también nos quita una gran responsabilidad ya que a fin de cuentas son ellos los que darán cuentas con Dios ante el resultado de esto lo cual es una protección divina.
Ser esposa y madre es un gran reto en la vida porque conlleva mucha responsabilidad de ser esposa al tener que refrenar tu lengua, ceder tu derecho a tomar decisiones algunas veces, no brillar con tu propia luz sino con la de tu esposo y darle honor a él; Eso es lo más difícil pero también es lo más precioso, el poder estar detrás de bambalinas cuidando de sus hijos, aprendiendo más y más de Dios para poder ayudarlo cuando flaquee, y hacer todo lo que esté a tu alcance para que su ministerio sea cumplido.
Y el ser madre de varones porque tienes la responsabilidad de criar hombres que algún día serán cabezas de hogar que deben guiar a sus esposas y que deben someterse a Cristo, que es la cabeza de la iglesia. Seguramente el criar niñas es un gran reto también, en un sentido diferente, el cual por ahora no conoceré (tal vez Dios cambie este hecho en el futuro).
Finalmente, el poder ministrar como persona individual siendo soltera es una bendición pero al casarte tu ministerio más importante es darle soporte a tu esposo para que se deje ser usado por Dios en lo que haya sido llamado y el estar juntos sabiendo que su llamado es para ambos ¡es realmente fascinante! Todo esto te convierte en alguien clave en la vida de tu esposo.
¡Es una bendición de Dios ser mujer!
Te animo a que pienses en esto ..... CON AMOR
