Alguién me enseñó... A ser consciente del privilegio de la vida.
A ser feliz, siendo yo mismo conforme a mi vocación y a mis sueños....
A tener el coraje de ser libre para elegir mis caminos, venciendo mis temores y asumiendo las consecuencias de mis actos....
A tener alegría para construir mi felicidad. A tener éxitos, pero también fracasos....
A querer el presente, elegir el futuro y trabajar para conseguirlo....
A recordar el pasado, pero no vivir en el ayer; a soñar en el futuro sin despreciar el presente....
A perdonarme mis errores, mis
culpas y mis caídas. A tener el suficiente valor para pedir perdón y a
perdonar a otro, olvidándome de los rencores... A renacer cada día....
Ella ha sido siempre una consejera que ha sabido escuchar, comprender y dar más sencilla, pero más alentadora, palabra de apoyo....
Una excelente directora de nuestra formación y vida espiritual....
La mejor cocinera, una amiga
incondicional, que tienes sus manos para apoyarnos y nos abre su
corazón para reclinar en él lo más íntimos secretos, alegrías y
tristezas.
Ella siempre está presente cuando la necesitas, sin esperar nada a cambio....
Ese ser excepcional eres ¡Tú...Mamá!
Autor: Verónica Velderrain Sáenz
REFLEXION:
No tiene que ser el día de la
Madre para pensar y reflexionar en ella. Es excepcional y este día
recordémosla y por qué no llamarla ahora mismo si aún vive?
Cada día , cada instante que dediques a tu madre, DIOS
te bendicirá y morará en tu hogar, así como
tus hijos verán ese amor, y el trato para esa mujer que te dió el ser,
porque ellos serán benditos y obrarán de igual manera contigo...
Te lo digo aquí porque es PALABRA DE DIOS...